A las 14 culminó el paro dispuesto por los gremios de pilotos y Aeronavegantes y a partir de ahora comenzarán a salir los vuelos, tanto desde Aeroparque como de Ezeiza, pero los efectos de la medida se tradujeron hasta el momento en alrededor de 183 vuelos cancelados, mientras que algunos vuelos internacionales que partían dentro de ese horario fueron reprogramados para después de las 16.
En Tucumán fueron 10 los servicios afectados por las medidas de fuerza.
El paro fue convocado por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y desde la empresa de bandera calculan que se verán perjudicados más de 15.000 pasajeros. El conflicto se enmarca en una prolongada disputa salarial entre los sindicatos y la aerolínea estatal, que no ha logrado llegar a un acuerdo.
Problemas con los vuelos: se suspendió el paro de los controladores aéreos, pero sigue en pie el de los pilotosDesde la empresa señalaron que los gremios ajustaron los horarios de la huelga con el fin de maximizar el impacto, luego de que Aerolíneas intentara aplicar medidas para reducir las consecuencias de la protesta. Ante esta situación, se recomendó a los viajeros que reprogramen sus vuelos o cancelen sus pasajes sin penalidades. No obstante, se advirtió que la reprogramación será difícil, dado el alcance de la huelga y su afectación en las operaciones.
Aerolíneas explicó que este tipo de medidas impide cualquier preparación previa, ya que los sindicatos informaron los horarios de la protesta con muy poca antelación, específicamente el jueves por la mañana.
Sin acuerdo, los gremios aeronáuticos irán al paro mañana y afectarían decenas de vuelos en Aeroparque y en EzeizaLa huelga ocurre tras más de dos meses de negociaciones salariales sin éxito entre Aerolíneas Argentinas y los sindicatos del sector. Aparte de APLA y AAA, también están involucrados en el conflicto la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA).
Las demandas de los trabajadores giran en torno a la necesidad de un ajuste salarial que compense la inflación, ya que, según los gremialistas, los sueldos han perdido un 72% de poder adquisitivo desde noviembre del año pasado.